Caso “El gran viaje”


En la casa de Pablo no se está viviendo un buen momento. La última crisis económica mundial pegó fuerte en el trabajo de su padre y por ello se tomaron algunas decisiones que incluyen el recorte de ciertos gastos mensuales. Por suerte pudieron sostenerle a Pablo la escuela y el club, pero hay una cantidad de actividades extras que él ya no puede realizar, además de algunos planes específicos que Pablo y el resto de la familia tenían y que lamentablemente no van a poder hacer.

Uno de estos planes era un viaje que los chicos del colegio organizaron el próximo fin de semana a Uruguay. La idea era irse por primera vez solos y estaban todos muy entusiasmados. Pero el viaje costaba realmente demasiado, o más bien, demasiado para la situación de la familia de Pablo, con lo cual sus padres decidieron que no podía ir. Pablo se deprimió mucho con la noticia, a tal punto que ni siquiera se lo mencionó a sus compañeros, casi como quien no termina de caer con la novedad.
Todo cambió cuando  Pablo fue con sus padres a la casa de su abuela a almorzar el domingo al mediodía. Aburrido de las conversaciones en la mesa, se fue como siempre al dormitorio de su abuela a ver la televisión. Pero cuando se arrojó a la cama, escuchó un ruido debajo. Se había tirado con tanta fuerza que se había desprendido una cajita de metal que se ve que la abuela escondía debajo del colchón. Pablo la abrió y para su sorpresa, se encontró con una interesante cantidad de dinero, más interesante aún ya que si él retiraba lo que costaba el viaje, incluso sobraba plata, con lo que su acción podía pasar por desapercibida. Ni lo dudó: separó el dinero guardándoselo en el bolsillo.
A sus padres les contó que un amigo había decidido invitarlo. A sus amigos no les dijo nada. Compró los pasajes y aportó para el viaje, pero esa noche cuando volvió a su casa, se encontró en la cena con el relato de su madre que contaba la desesperación de la abuela que sostenía haber perdido algo de sus ahorros. Nadie le creyó, pobre abuela, incluso la cargaban por su poca memoria y paranoia. Pero Pablo se sintió mal. Decidió contar lo que había hecho. Parte del dinero ya no lo tenía, pero el resto lo devolvió. Sus padres lo castigaron severamente, su abuela lo perdonó y le ofreció el dinero para el viaje pero él no lo aceptó. A sus amigos les dijo que no podía ir al viaje con alguna excusa que nadie creyó. Todo le salió finalmente mal, pero algo en él se había despertado y pareció tranquilo de haber obrado correctamente.
¿Con el  arrepentimiento de Pablo basta para subsanar el error?



Twitter Facebook Favorites